El día 27 de febrero de 1912 el ayuntamiento de La Vila Joiosa, reunido en sesión plenaria bajo la presidencia del entonces alcalde Ignacio Zaragoza Zaragoza, daba cuenta de una carta remitida por Jaime Esquerdo Sáez, hijo del ilustre doctor y político vilero, José María Esquerdo Zaragoza, donde agradecía, en su nombre y en el de toda su familia, al pueblo vilero, la serie de homenajes realizados en honor a la figura de su padre con motivo de su reciente fallecimiento, sobrevenido en Madrid, el 30 de enero de ese mismo año. Entre ellos, el acuerdo unánime de la corporación, tras moción presentada el 6 de febrero de 1912 por el concejal Miguel Guardiola Martí, de colocar una lápida conmemorativa en la fachada de su casa natalicia, ubicada en el número 10 de la entonces plaza de la Constitución (hoy de la Generalitat). La idea, surgida ya tiempo atrás de la familia Aragonés, propietaria del inmueble referido, era retomada por el ayuntamiento que se encargaría, pese a la insistencia de sus propietarios, de todos los gastos generados para llevar a cabo tal fin .